"Hay Equipo" Editroial del Ing. Agr. Héctor Huergo en Clarín Rural del 28 Novimebre de 2015

Hay equipo. Al frente del MinAgro, Ricardo Buryaile, el dirigente ruralista (CRA) formoseño que acuñó un buen fogueo desde su salto a la política, como Diputado por el radicalismo. Un hombre fuerte y frontal, pero con mucha cintura para la negociación, bien visto por todos los eslabones de las distintas cadenas del sector.

Ricardo “Ricky” Negri debe haber respirado aliviado. Muchos lo daban como Ministro, pero él prefería un rol de operador técnico. Buryaile tendrá que atajar los penales, con multitud de frentes extremadamente complejos y delicados. Y también le tocará batallar con sus colegas del potente gabinete macrista, un puñado de economistas con mucha formación y, sobre todo, vocación por poner en caja las cuentas nacionales. Porque buena parte del problema del campo se resuelve con medidas macro: acomodar el tipo de cambio efectivo, y terminar con las retenciones y las restricciones a la exportación.

Pero a su vez, Buryaile también recibió un buen envión inicial: el propio Mauricio Macri, en su primera conferencia de prensa, ratificó su promesa de campaña respecto a eliminación de las retenciones de trigo y maíz. Y todas las restricciones comerciales. Eso ya había sido tomado por el mercado. Tanto maíz como trigo tomaron niveles inéditos de paridad con Chicago, con algunas posiciones (como trigo julio 2016) por encima del famoso “Fas teórico”. En otras palabras, el sector descuenta que vuelve la competencia y el funcionamiento pleno de los mercados. Soñado.

Falta ver cómo queda la soja, donde el 5% de achique en los derechos de exportación es a todas luces insuficiente, y conlleva el riesgo de una caída de la actividad si se mantiene una brecha del 25 en el tipo de cambio efectivo con respecto al maíz. Cuidado con los bandazos.

A Negri, con larga trayectoria conduciendo el área de economía de CREA y últimamente como responsable de la cuestión agraria del Pro, le tocará lo específico. Por ejemplo, recomendar sigilo en asimetrías como la brecha señalada. Estará bien secundado por Guillermo Bernaudo, jefe de Gabinete de Agricultura, y los grupos de trabajo que vienen elaborando informes sectoriales desde hace meses.

Pero no todo es Agricultura, donde por otro lado falta designar (al momento de escribir estas líneas) a un funcionario clave: el presidente del Senasa. Es un organismo fundamental, sobre todo en el área de ganados y carnes, donde hay enormes tareas en el plano interno y externo. Desde la construcción de un modelo transparente y competitivo, evitando el doble standard que ha estrangulado a lo mejor de la industria.

En este punto, y a pesar del tiempo transcurrido (fue hace seis años), es oportuno mencionar una idea que debatí con Gustavo Lopetegui, designado ahora como manager económico del gobierno de Macri. En aquel momento  las restricciones a la exportación de carnes, además del 15% de retenciones, habían producido la debacle de toda la cadena. La sugerencia fue abrir totalmente el mercado, sustituyendo las retenciones por un “aforo” fijo. De esta manera, sólo convendría exportar los cortes de mayor valor, donde el aforo se sentiría marginalmente. No habría ningún impacto fiscal, y se disiparía el temor sobre “la mesa de los argentinos”.

Otras áreas del gobierno prometen buena empatía con el sector. La continuidad de Lino Barañao implica, lisa y llanamente, que hay una política de estado en materia de biotecnología. Un área donde la interacción de lo público con lo privado arrojó resultados concretos y promisorios.

Y en el caso de Medio Ambiente, no es menor la tarea que le toca, de entrada, al rabino Sergio Bergman: el 11/12, en París se tomarán decisiones que pueden complicar el futuro de las exportaciones agroindustriales argentinas. Cuidado con esto.

 

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