"Cadenas, mercados y simplificación"

Editorial del Ing. Agr, Héctor Huergo en Clarín Rural del 25 de noviembre de 2017"

Etchevehere anunció que uno de sus objetivo es hacer más sencilla la gestión de las empresas agropecuarias.

 

Ya está en marcha la nueva etapa del Ministerio de Agroindustria, ahora en manos de Luis Miguel Etchevehere, que abandona así la presidencia de la Sociedad Rural Argentina. En su primer encuentro con la prensa, el flamante ministro estableció los tres puntos centrales de su gestión: el trabajo con las cadenas de productos, la apertura de nuevos mercados, y la simplificación de la gestión de las empresas agropecuarias.

No son proyectos revolucionarios ni conmovedores por lo ambiciosos. Pero sin duda que son desafiantes, sobre todo ante la maraña de intereses y el empeño de la burocracia por justificar su propia esencia reguladora y su supervivencia como especie. Vayamos por partes.

Es una buena señal esta defensa de las cadenas de producto, que sin duda han emergido como una fuerte representación de los sectores más dinámicos en la era de la Segunda Revolución de las Pampas.

En su debut, le tocó sentarse frente a la foresto-industrial, cuyo fenomenal potencial fue trabado por la impericia K y la decisión política de alimentar el conflicto con la pastera Botnia (hoy UPM) en Uruguay.

Etchevehere es entrerriano y aunque no tuvo un rol destacado durante el largo entredicho, ahora se manifestó a favor de la instalación de plantas que procesen la enorme riqueza forestal (actual y potencial) de su provincia y del país. Por supuesto, le llovieron críticas de las fuerzas “progresistas”, que insisten en su planteo ideologizado a pesar de que las pasteras demostraron que no contaminan.

También es una buena señal esta reivindicación de las cadenas. Muchos recuerdan su fuerte entredicho, cinco años atrás, con Gastón Fernández Palma, quien fuera el titular de Maizar, la entidad que coordina a todos los eslabones del maíz, un nodo clave en la cascada de valor.

Disconforme con el buen trato que recibía el sector pollero por parte del gobierno kirchnerista, Etchevehere pateó el tablero. Fernández Palma, médico y productor agropecuario muy reconocido y apreciado, había realizado una gran gestión como presidente de Aapresid, sin duda la entidad más creativa y promotora de los grandes cambios tecnológicos del último cuarto de siglo.

El agua no llegó al río, pero tanto Maizar como las otras entidades de cadena quedaron malquistadas con el ahora ministro. Con estos antecedentes, es lógico que haya provocado sorpresa su súbita reivindicación de las cadenas. En buena hora.

Para la apertura de mercados, le dio continuidad a Marisa Bircher, una funcionaria muy activa y con buenos pergaminos en los dos años de su antecesor Ricardo Buryaile. Se han dado pasos concretos en varios productos y países, notablemente el tema de la carne a China.

Conviene señalar que David Lacroze, a quien se atribuye un rol muy importante moviendo los hilos de la nueva gestión, es quien armó y condujo la policromática mesa de carnes. El propio Macri mantuvo más reuniones con esta mesa que con cualquier otro sector de la economía, lo que revela su convicción acerca de la oportunidad que significa.

Pero al mismo tiempo, se presentan nuevos desafíos de enorme envergadura: la recuperación del mercado de los Estados Unidos para el biodiésel y ahora, la amenaza de la pérdida del mayor mercado para el aceite de soja: la India, que estaría aplicando fuertes derechos de importación de manera inminente. Miles de millones de dólares en juego.

Y ya que hablamos de la soja, conviene recordar una de las definiciones clave del ministro recién ungido: no habrá cambios en el régimen de retenciones. Esto significa que se mantendrá el cronograma de reducción de medio punto por mes, desde el 30% actual, a partir del primero de enero próximo. Etchevehere asume que el frontón del MinAgro es la cuestión fiscal.

 

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