"Las lecciones del mercado" Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 25 octubre 2014

“Mkts will do whatever they have to do to screw the most people involved” (los mercados van a hacer todo lo que tengan que hacer con tal de joder a la mayor cantidad de gente involucrada). La frase pertenece a un experimentado operador de Chicago, desconcertado por las sorprendentes subas de las últimas dos semanas, y la recordó esta semana el analista local José Frogone. Todo el mundo se timbeaba a la baja, porque arrancaba la mayor cosecha de soja de la historia en el Medio Oeste. Pero los granos dieron un respingo y quedó el tendal.

Lo cómico es que acá la más alta jerarquía K caía secuencialmente en la volteada. La propia presidenta se había mofado de los productores, espetándoles que por “especular” reteniendo su cosecha habían perdido fortunas. El jefe de gabinete, Jorge Capitanich, que de esto sabe, fue escalando en su ataque al sector agrícola cargándole el mote de desestabilizadores. Luego sería el turno del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, quien se despachó torpemente contra el “silobolsa” (el cajero automático de los chacareros) en la misma semana que la institución que le dio de comer durante cuarenta años (el INTA) organizaba el primer congreso mundial en la materia.

Finalmente, el mismísimo ministro de Economía se pialaba en sus propias palabras cuando, el jueves último, decía que la soja iba a bajar 60 dólares más. En ese momento, Chicago exhibía un rally feroz, subiendo 30 puntos (4%) en pocos minutos. Con estos analistas podemos vaticinarle un futuro interesante a la agencia nacional de granos que proponen los K.

Pero hay más. Kicillof se dio el lujo de atacar a Clarín, diciendo que desde estas páginas se había azuzado a los productores para que retuvieran sus granos. Mentira. Clarín Rural ha sido clave en la difusión de todas las tecnologías que revolucionaron la agricultura en las últimas décadas. En particular, me hago cargo de lo que me toca. En el congreso de silo bolsa mencionado, este columnista fue distinguido como un impulsor del sistema, tanto por el INTA como por las empresas que fabrican bolsas, embolsadoras y extractoras, cosa que agradezco. Como le agradezco también a Manuel Ron, titular de Bio4, por su maravilloso TED presentado en Córdoba en el que cuenta que la idea de la planta pionera de etanol de Rio Cuarto surgió de una nota mía, “Ponga un choclo en su tanque” en estas páginas. Hemos aportado muchas ideas y contribuido con información clave para su desarrollo. Pero jamás hicimos recomendaciones comerciales. Promovemos los instrumentos que consideramos valiosos. Explicamos cómo pueden y deben usarse. Y en particular, somos muy cuidadosos con los mercados. Simplemente, porque creemos en ellos. Sabemos de sus reacciones. Sabemos también cómo se pueden minimizar riesgos.

Sabemos también cómo podría haber operado el gobierno para evitar ser el peor especulador de todos. Kicillof se quejó porque los productores, al no vender, impidieron que el gobierno cobrase su brutal diezmo del 35% de la soja a un precio de 450 dólares, versos los 350 de ahora. Dijo (acertando en este punto) que al final los sojadólares iban a aparecer porque la mercadería siempre se vende. Si sabía esto, ¿cómo no cubrió su posición en los mercados de futuros? Estaba “long” en 20 millones de toneladas de soja y se quedó sentado sobre los silobolsas de los chacrers. Timbeó 10.000 millones de dólares, perdió el 30% y le echa la culpa a que los productores no venden… En Chile, con el cobre estatal, esto no les pasa.

Pero bueno, se largó la última y ya doblamos el codo de Dorrego. Falta la recta opuesta, el codo de Olleros y la recta final. Menos de un año. Se corre con cancha pesada. Los jockeys son aprendices sin escuela ni futuro. En la cancha se verán los pingos.

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