"Biodiesel, una industria madura" editorial de Hécor Huergo en Calrin Rural
El único argumento que brindó el viceministro de Economía, Axel Kicillof, para explicar el aumento del cien por ciento (pasaron del 12 al 24%) en las retenciones del biodiésel fue que “es una industria madura”. Una definición temeraria: hace unos meses se celebró, en Avellaneda (norte de Santa Fe) la primera exportación de biodiésel, concretada en octubre de 2007.
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"Entre la lógica y la frustración" editorial Clarin Rural de Héctor Huergo
De un lado, todo bien, hasta muy bien. Del otro, todo mal. Muy mal.
Empecemos por el bien. Esta semana se instaló en Rosario, donde sesionó el XX Congreso de Aapresid, donde la siembra directa es simplemente la metáfora que sintetiza el enorme poder creativo de la agricultura argentina, devenida en la más moderna del planeta.
Allí desfilaron las novedades del año, en decenas de lanzamientos, más de 40 talleres y conferencias que reunieron a 3000 ávidos participantes. Entre ellos, muchos visitantes extranjeros sorprendidos, como los de Arcadia, la compañía californiana de biotecnología que compró el evento de tolerancia a la sequía de Bioceres. “It works!” (funciona!) exclamó cuando le preguntamos cómo había andado este año con la tremenda sequía. Recordemos que Bioceres es una empresa que nació hace diez años, para canalizar inversiones al desarrollo de biotecnología argentina. A través de convenios con grupos de investigadores del sector público (INTA, Conicet, Universidades) se logró desarrollar y patentar eventos transgénicos de enorme interés, como éste. O el de la quimosina, cuajo vegetal que ya entró al mercado.
En el mismo sentido positivo, se puede contabilizar la presencia del ex Ministro de Agricultura y actual presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. El autor del Plan Estratégico Agroalimentario fue a Aapresid a entregar un reconocimiento a la comisión directiva, y a declarar “de interés legislativo” el trabajo institucional de la entidad. Una señal de distensión, en momentos en que nuevos nubarrones se acumulaban en el horizonte agrícola: pesificación de los mercados de futuros, rumores de retenciones, cambios en la política oficial de biocombustibles.
Pero mientras esto sucedía, también Rosario era epicentro de una escalada peligrosa en el conflicto lácteo. Mientras los tamberos se movilizaban con piquetes en cuarenta plantas -algunos muy fuertes como los que involucraron a La Serenísima en Trenque Lauquen y Canals-, una reunión clave con los ministros de Agricultura de Córdoba y Santa Fé, y con la presencia del secretario de Lechería de la Nación, terminaba en un escándalo con la expulsión de varios dirigentes genuinos del sector. Lejos de una solución para un sector gravemente comprometido por los dislates de la política oficial, agravados ahora por la caída de los precios internacionales, la cuerda se tensó al límite. La imagen ominosa de la leche derramada en las banquinas marca la profundidad de la crisis.
Al mismo tiempo, crecía la preocupación por los cambios drásticos en el régimen de biocombustibles. Forman parte de la nueva estrategia de control total por parte del Estado. Al cierre de esta edición se confirmó la duplicación de los derechos de exportación al biodiesel, complicando los embarques que ya venían mal por el cierre del mercado español como represalia por la expropiación de las acciones de la empresa en YPF. Al mismo tiempo se fijó un precio no remunerativo para el mercado interno.
Esto generaría pérdida de competitividad de la cadena sojera, donde el biodiesel contaba con un margen atractivo. Al desaparecer éste, el efecto es comparable al de la suba de retenciones: aumentar los derechos de exportación del biodiesel un 10% (es lo que trascendió) es más o menos lo mismo que subirle un 5% a la soja.
En los últimos cinco años, se construyeron quince fábricas de biodiesel, que pueden procesar 3 millones de toneladas de aceite por año. La inversión alcanzó a los mil millones de dólares, amparada por una política impulsada por el gobierno K. El golpe de timón es como el impacto de un exocet por debajo de la línea de flotación del sector más dinámico de la economía argentina. Sin embargo, el efecto irá mucho más allá: la sensación de que en la Argentina, la apuesta más lógica termina en una frustración.
"Otra vez la sombra doliente" editorial de Héctor Huergo en Clarin Rural.
Como la sombra doliente de Santos Vegas, un cúmulo de amenazas cubrió nuevamente la pampa argentina. La primera brotó la semana pasada: la pesificación de los contratos de futuros en los mercados a término. Esto había surgido como una versión, pero la propia presidenta del Banco Central salió a confirmarlo.
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"La maquinaria va dejando atrás a la edad de hierro" por Héctor Huergo
La irrupción de la fibra de carbono en la maquinaria agrícola genera una enorme expectativa. En Palermo no solo se exhibió un barral sobre la pulverizadora Caimán, sino que la empresa proveedora, King Composite, montó su propio stand. Guillermo Mariani, titular de la empresa de San Fernando, explicó a Clarín Rural las características del producto (que recibió el premio CITA a la innovación tecnológica en el rubro agropartes) y relató cómo lo ve el mercado.
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"Despiertos para la oportunidad" editorial Clarin Rural de Héctor Huergo
El domingo, el primer ministro de la República Popular China, Wen Jibao, en la misión más importante jamás enviada a la Argentina por el país más pujante del planeta, almorzó en una estancia de Luján. Fue por un par de horas, diagramadas con estricto protocolo. Se quedó cinco. En el agasajo, probó asado con cuero (un imponente novillo Wagyu cocinado nada menos que por Francis Mallmann), conoció las principales razas de carne, probó nuestro Malbec y se interiorizó sobre los sistemas de producción de estas pampas.
Lo acompañaban los principales ministros, entre ellos el de Agricultura. Conviene recordar que Wen Jibao había pasado por esa cartera antes de alcanzar el máximo pedestal de la jerarquía oficial china. No es casual.
El eje central de la misión, donde coincidieron los intereses chinos con los argentinos, fue la cuestión del acceso del maíz. La Argentina avanzó rápidamente en la aprobación de eventos transgénicos para esta especie. Algunos de ellos no están todavía homologados en China. Pero los asiáticos están necesitando ya 7 millones de toneladas de maíz, un cereal del que se autoabastecían hasta hace un par de años. Pero ya no les alcanza. Se avanzó decisivamente y no falta mucho para que se destrabe definitivamente su ingreso.
Mientras esto sucedía en estas pampas, una severa sequía se explayaba en el Medio Oeste de los Estados Unidos, al que el maíz le dio el nombre de “corn belt”. En pleno junio, equivalente a nuestro diciembre. Tenemos fresca la memoria de nuestra propia sequía del último verano, donde perdimos un tercio del maíz por la falta de lluvias.
En el habitual informe de avance de los cultivos del lunes, se marcó una caída muy fuerte del porcentaje de lotes calificados como buenos y excelentes. Sucedió al mismo tiempo que la floración avanzaba de un 5 a un 10%. Los pronósticos meteorológicos hablaban de “hot and dry” (caluroso y seco) y los precios trepaban al límite de alza. Subieron un 25% en la semana.
Pero la oportunidad encuentra dormidos a los chacareros y, sobre todo, a la conducción oficial. La intención de siembra es bajísima. La precampaña de las compañías de semilla ha sido muy floja. Los productores vienen golpeados por la mala cosecha, sembrar maíz es más caro que hacer soja, y las dificultades para colocar la cosecha los han escaldado.
La semana pasada, el gobierno liberó 6 millones de toneladas de trigo 2013. Lo hizo con el objetivo de recaudar unos 300 millones de dólares por anticipo de retenciones. La medida llegó tarde, porque a esta altura no hay posibilidades de torcer la decisión de no sembrarlo.
Pero en el caso del maíz, en cambio, se está a tiempo de aprovechar la oportunidad. Faltan dos meses para iniciar la siembra y dando señales fuertes, puede cambiar la historia.
Lo que habría que hacer es dar una señal muy fuerte. Por ejemplo, liberar ya un cupo de 15 millones de toneladas para el 2013. El gobierno podría anticipar el ingreso de 750 millones de dólares por retenciones. Pero el impacto es mucho más significativo: el maíz es un nodo central de la actividad, y además de atender la emergente demanda asiática, está en las gateras de una cascada de valor agregado como el que experimentó la soja en los últimos veinte años.
La propia presidenta Cristina Kirchner se hizo tiempo en esta semana tan trajinada, para inaugurar una planta de cerdos de la Asociación de Cooperativas Argentinas en San Luis. El cerdo es maíz con valor agregado. Pero para agregarle valor, primero tenemos que tener el maíz.