"Abriendo surcos sin arado"

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Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 20 de junio de 2019

La SD es la expresión más concentrada de la innovación, y tiene una enorme fuerza conceptual.

La Siembra Directa es la abanderada de una nueva forma de agricultura. Es una revolución fenomenal, que inauguró la era de la reversión de las externalidades negativas de la agricultura basada en el laboreo. Es lo que le ha dado el leit motiv al próximo congreso de Aapresid, “30:10.000”. Significa 30 años de Directa tras 10.000 años de arado.

La SD es la expresión más concentrada de la innovación, y tiene una enorme fuerza conceptual. No es simplemente una forma de cultivar con menos consumo de combustibles y mayor cuidado de los suelos. No es solo detener el proceso de erosión de los suelos, fruto de la pérdida de materia orgánica por el laboreo y consecuente oxidación.

La humanidad, en estos diez mil años, mandó a la atmósfera no solo miles de millones de toneladas de carbono quemando combustibles fósiles a raudales, sino también una cantidad fenomenal de carbono que formaba parte de los glomérulos de los suelos agrícolas de todo el planeta.

En la Argentina lideramos este proceso. Economía y ecología son los atributos que se ensamblan para demostrar que es posible una agricultura menos exigente en insumos y recursos, y a la vez más rendidora. Más toneladas por milímetro de agua caída sobre el cultivo. Menos litros de gasoil por kilo de alimento producido. Menos kilos de acero en maquinaria para obtener más kilos de comida para la humanidad.

Nadie en el mundo pensó hasta ahora en estos términos. El primer principio de la ecología es el ahorro de recursos. Eficiencia ambiental no es sinónimo de producir menos, sino organizar los procesos de modo de minimizar el “gasto” que no es solo el tangible económico.

Pero la ruptura paradigmática va más allá de la forma de cultivar y servir (honrando el lema que preside la Exposición Rural de Palermo, que se inicia el miércoles próximo). Impregna toda la actividad, corriente arriba y corriente abajo. Desde las sembradoras directas a las pulverizadoras automotrices, que hoy vienen con botalones de carbono, otra creación argentina que avanza en el mundo. Permitieron duplicar el ancho de labor con las mismas máquinas.

Corriente abajo, inventamos, bajo el mismo hilo conceptual, el silobolsas, donde la Argentina manda en el mundo. Al igual que la siembra directa, no es un invento argentino. Pero no pasaba nada en el mundo desarrollado, donde sobraba capacidad de almacenaje. Aquí resolvió dos cuestiones: las escasez de elevadores, y los cuellos de botella durante la cosecha. Triplicamos la producción en veinte años. Hubiera sido imposible sin el silobolsa.

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