"Sky" o cómo la Shell va al petróleo"

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Editorial del Ing. Agr. Héctor Huergo en Clarín Rural del 31 de marzo de 2018

Las plantas de etanol en Córdoba -por ejemplo la de Bio 4 en Río Cuarto-, ya procesan el 10% de la producción cordobesa del cereal.

Varias buenas noticias esta semana: alguna ayuda impositiva y financiera para los afectados por el clima, una nueva reunión de la mesa de carnes con el presidente Macri (que arrojó como saldo concreto la reducción paulatina de los derechos de exportación del cuero crudo), una actualización del precio de los biocombustibles. Sin embargo, lo más importante ocurrió afuera.

La Royal Dutch Shell, sin duda la petrolera más emblemática, lanzó esta semana su modelo “Sky”, su visión de cómo será el mundo energético en el 2070.

Sin cortapisas, el escenario remarca que habrá una fuerte reducción de las emisiones de carbono, resultado de la combinación de vehículos eléctricos, generación y almacenaje de energía y otras nuevas tecnologías que cortarán a nivel global el cordón umbilical con la energía fósil. Y no depende de que Trump se haya retirado del Acuerdo de París, porque las empresas de los EE. UU. igual se sumarán al esfuerzo global.

De acuerdo con el documento de Shell, hoy el carbón explica el 27% de la energía, el petróleo el 32% y el gas natural el 23%. En 2070, el escenario Sky le asigna al carbón el 6%, al natural gas otro 6%, y al petróleo el 10%. “Es técnicamente posible, aunque desafiante”, remarca. Ya lo dijo Marcelo Iezzi: “la Edad de Piedra no se terminó por falta de piedras”.

Esto no significa que petróleo y gas quedan completamente afuera de la estampita. Sin embargo, Sky es un enorme paso adelante. Sobre todo, marca un rumbo para la transformación de la economía global.

Para la Argentina es una señal muy fuerte. Hace falta pegar un puñetazo en la mesa y gritar “vengan todos para acá”. Porque a veces estamos mirando otra película. Le ponemos todas las fichas al shale, esperamos mucho del viejo mundo del petróleo, y no hacemos los esfuerzos mínimos por comprender toda la problemática y aprovechar las extraordinarias posibilidades que nos brinda el cambio en marcha. Sí, me estoy refiriendo fundamentalmente a la vapuleada bioenergía.

Conviene recordar que la inclusión de biocombustibles en el gasoil y la nafta fue un enorme salto adelante. Es la mejor noticia ambiental desde que hay conciencia de carbono.Hoy la Argentina corta el gasoil con el 10% y la nafta con el 12%. Una reducción de al menos 3 millones de toneladas de carbono fósil por año.

Es una buena señal que esta semana se hayan actualizado los precios del etanol y el biodiésel. También, que haya ido aumentando el interés por el biogás, combinando en este caso la conversión de efluentes en fuente de energía, o habilitando el uso de biomasa antes sin destino.

Pero está todo demasiado empastado, y los funcionarios más encumbrados del gobierno los miran de reojo. Será que no hemos sabido convencerlos. Quizá Sky nos ayude. Después de todo, el ministro de Energía Juan José Aranguren hizo toda su carrera en la Shell, que además es una de las mayores productoras de etanol en Brasil (Raizem, un JV con Cosam).

Los productores locales también miran para otro lado. Piensan que los biocombustibles son un negocio “de otros”. Pero ahora pueden ver claramente cómo los beneficios difunden por toda la cadena: en Villa María y Río Cuarto, donde están las principales plantas de etanol, ha desaparecido el diferencial histórico del precio del maíz respecto a Rosario. Y hoy solo muelen 1,5 millón de toneladas, el 10% de la producción cordobesa.

Solo la mitad de ese 12% de etanol en la nafta viene del maíz. Es decir, un 6%. Si pasáramos al E18, se triplicaría la demanda del cereal. Y habría nuevas inversiones por más de mil millones de dólares en la región. Nos ahorraríamos importaciones de nafta y petróleo, y nos alinearía mejor al modelo Sky.