"En Rusia se abre una Puerta" de Jorge Castro en Clarín Rural 6 agosto 2014

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La producción agrícola rusa ha crecido sólo 1,3% anual entre 2000 y 2010, y representa menos del 4% del PBI. También es reducida la participación de productos agroalimentarios en las ventas externas: 1,5% del total.

Lo que revela su bajísima productividad es que ocupa al 26,3% de la población.

A partir de 2000, Rusia se ha convertido en un importante exportador de granos; y hoy es el quinto vendedor de trigo después de Estados Unidos, Australia, Canadá y la Unión Europea (UE); y la producción de soja se ha cuadruplicado desde valores prácticamente inexistentes (de 342.000 toneladas a 1,22 millones).

Rusia es un nítido importador de agroalimentos (balanza deficitaria de U$S 26.000 millones/2010). También se ha convertido en uno de los mayores importadores de carne del mundo, con compras por U$S 6.500 millones anuales en la última década.

El gobierno ruso ha prohibido ahora la importación de alimentos desde Occidente (UE, EE.UU., Canadá, Australia y Noruega), como respuesta a las sanciones que le han sido impuestas por la crisis ucraniana.

La prohibición implica una cifra de U$S 9.000 millones y la obliga a lograr en un plazo de 5/6 años el autoabastecimiento alimentario.

En esta etapa, la prohibición puede acarrear un aumento de las importaciones de los otros socios de la “Unión Aduanera” (creada el 01/01/2010), Bielorrusia y Kazajistán, así como de América del Sur, ante todo Brasil, que puede multiplicar sus ventas libre de la competencia de la UE.

El gobierno ruso mantiene un programa de subsidios agrícolas por U$S 42.000 millones a ejecutar entre 2013 y 2020.

La industria láctea sólo cubre 55% de la demanda interna, y los países capaces de cubrir la ausencia europea son Nueva Zelandia, Serbia y Uruguay.

Para satisfacer el 90% de la demanda doméstica, la industria láctea requiere inversiones por U$S 16.700 millones hasta 2020.

La industria cárnica cubre 70% de la demanda doméstica, y su producción crece 200.000 toneladas anuales, como consecuencia del sistema de subsidios.

Brasil es el principal proveedor externo de carnes y el más favorecido por la prohibición de importar desde Europa y EE.UU.

La estructura técnica y logística del agro ruso proviene de la década del ’70. En ese momento, la economía soviética se estancó y comenzó un proceso depresivo que culminaría con la implosión de 1991.

En este cuadro, los agricultores están endeudados por más de U$S 55.500 millones, con tasas de 14%/15% por año.

En realidad, Rusia dispone de la mayor superficie de tierras fértiles del mundo, debido a que es el país más extenso del planeta (17,5 millones de km cuadrados). Pero sólo labra 36 millones de hectáreas (Estados Unidos, 60 millones; China, 90 millones).

El problema de fondo de la agricultura rusa es de carácter institucional. Sigue en pie la estructura básica del agro soviético, con su bajísima productividad y su incapacidad para garantizar la seguridad alimentaria. Por eso, en el período de la URSS, dependió de las exportaciones agroalimentarias de Occidente y de la Argentina.

Todo en Rusia vuelve al comienzo. Respecto al agro, ese inicio fue la liquidación física de sus agricultores más competitivos (kulaks), ejecutada por Stalin entre 1929 y 1932.